domingo, 2 de agosto de 2020

Blue Goat 17

Me levanté con energía esta mañana, con mucha energía --con este elemento se puede hacer cualquier cosa, se puede abordar cualquier empresa, se puede forzar la dirección del azar que mueve el mundo--, con demasiada energía... Primero, organicé el plan de posible trabajo con mi equipo de ángeles, todos respondieron menos uno (con este he quedado a comer un cus-cus cualquier día que pudiéramos coincidir, aunque esto era poco probable dada la distancia a la qué, el disponer de tiempo para mí, me había conducido). Total, organizado el ejercito celestial, dimos en dar un paseo por un paisaje histórico y poético (Museum Insel) y aquí me atacó un presentimiento. Llamé inmediatamente a la autora de mis días, la encontré postrada dolorida, se había caído ayer en la cima palpitante de un golpe de calor.
Articulé el panorama familiar para conseguir valorar con pocos datos --la  visión de una anciana medio delirante  y quejosa-- la gravedad de los acontecimientos --así, como sí nada el discurrir del día te da un vuelco.
En resumen que ahora me ando enmascarada, frente a una puerta de embarque con destino al horno de los madriles. Mira por donde, probaré a tener una cita gastronómica con el ángel perdido

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