lunes, 6 de julio de 2020

Blue Goat 8

- ¿Ha visto alguna vez el mar, Luisa?, -No, aunque, ¡ he visto el Duero!
Sonrio. El Duero como frontera, como límite de la geografía en la vida de esta mujer que viste de negro y arrima las ascuas al puchero donde se va haciendo, durante horas, el guiso de garbanzos. Yo he llegado más allá, hasta el mismísimo Rin, Rhine en alemán. Donde pastan ovejas, que no son las merinas de Castilla ya que da la impresión que la lana de estas fuera más basta y difícil de hilar.

Es una buena idea que estos rebaños anden por estas playas pedregosas y en sus lindes, además de cortar el césped, apretujan la tierra con sus pezuñitas para que la corriente no se la lleve en las riadas. Alex, mi perro, no puede resistirlo y las ladra desde el otro lado de la valla. Mientras, las aguas brillan verdosas y arremolinadas, embravecidas por aluviones de tormenta. Julio descarga los generosos cúmulos en cortinas sucesivas de lluvia que casi se diría tropical

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