viernes, 10 de julio de 2020

Blue Goat 10

Los tomates crecen y se expanden, hay que construir un armazón que les de soporte. De hecho, ya tienen una colección de palos, unos verticales, otros atravesados que han ido dando apoyo a las primeras ramas. Aunque hacían falta muchos más debido a la ferocidad de las distintas plantas; unos, tomates tigre; otros, corazones de vaca; otros, tomates amarillos; y por último también se plantó tomate grosella. Andan ahora todos revueltos en una selva casi impenetrable. Por eso me puse muy contenta cuando descubrí fuertes juncos de bambú próximos al río, serían la solución para el andamiaje necesario que soportara toda esa tomatada.

Me fui con un serrucho esta mañana, no hay otra manera de cortar la dura caña. Elegí los que me parecieron de calibre y longitud adecuados, con todo hice un atillo aprovechando los pulpos que llevo siempre en el coche. Luego, por la tarde, mientras las bandadas de gansos tomaban el sol en los bajíos, seguí construyendo de forma anárquica y según van pidiendo las distintas ramas y su carga, un mecano babélico enredado en las flores que compiten con las distintas plantas de la solanácea

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